Una de las cosas mágicas sobre el desarrollo espiritual es que a medida que lo logras, experimentas de forma automática el crecimiento personal y te acercas a la esencia humana. Ser más sabi@, más amoros@, más poderos@, más alegre, más abundante.
El crecimiento espiritual todavía es un tema tabú para muchas personas. Lo asocian con la iglesia y sus leyes, con los dogmas… Cuando en realidad, el crecimiento espiritual es laico, se trabaja con las fuerzas puras de la naturaleza, del universo que nos provee de todo lo necesario, va mucho más allá de las interpretaciones que nos ofrecen las religiones. Aunque no hay porque desestimarlas, sólo cuestionar algunas creencias que hemos heredado y que no siempre nos empoderan.
No tener presente el crecimiento espiritual en la vida hace que irremediablemente limites tus capacidades como persona.